Aitor y Ane, dos actores que saben cómo desenvolverse en escenarios públicos, han ideado un plan para ganarse la vida. Deciden vender patatas de sus propias huertas familiares en los mercados de Álava. Su iniciativa ha generado opiniones divididas: algunos la ven como un espectáculo original, mientras que otros la critican por ser una forma de vender productos básicos de una manera poco convencional. Sin embargo, Aitor y Ane están orgullosos de ofrecer patatas locales y de kilómetro cero, aunque sean de tamaño pequeño.