En esta actividad familiar, se fomenta la conexión y el compartir mediante juegos basados en el arte y el yoga, con posturas accesibles para todos los niveles. Inspirándose en obras maestras del arte —como los campos de color de Mark Rothko—, los niños y niñas y sus acompañantes practicarán la respiración y la atención plena hacia su cuerpo y su entorno, mejorando la inteligencia emocional y la calidad de vida. Es una ocasión para que grandes y pequeños vuelvan a conectar con su creatividad y su movimiento consciente.